En un emotivo cierre de año, el Caleuche celebró su tradicional Bogatún de Desembarco 2024, una velada donde la alegría y la reflexión se entrelazaron en la cubierta del Buque Madre. Caleuchanos acompañados de sus “remolques”, familiares y amigos, se reunieron para compartir este último navegar del año, marcado por momentos memorables y el espíritu de camaradería que caracteriza a esta gran Tripulación.
El Comandante del Buque Madre y Presidente de la Corporación Caleuchana, Contraalmirante (R) Roberto Macchiavello Marcelí, se dirigió a los asistentes con palabras de gratitud y reflexión:"Agradecerles que nos estén acompañando en este Bogatún de Desembarco el que ponemos término a las actividades de fin de año. Un año que pasó muy rápido, con cosas muy buenas y otras no, como la pérdida importante de Caleuchanos que han partido y que son parte de nuestra tradición. Pero, una de las gracias es que todos aquellos marinos que zarpan dejan su espíritu impregnado en estas cubiertas... aquí los marinos no mueren. No se van, aquí se les recuerda siempre. El espíritu de los marinos caleuchanos permanece fondeado en este lugar, en medio de la ciudad de Santiago."
Durante la navegación, el Capitán de Trabazones, José Miguel Correa, asumió el control del Buque. Acompañado por el Cadete Sideral, Gustavo Muñoz, y el Cadete Pescador, Harold Yuseff Bonnemaison, convirtieron el Puente en un escenario de celebración, memoria y homenaje.
Un momento destacado de la noche fue la entrega de estrellas, símbolo de honor y tradición en el Caleuche. La primera fue otorgada al Cadete Fernando Cruz Serrano, hermano del recordado Cadete Honorario Eduardo Cruz Serrano (Q.E.P.D.), en un acto que honró la memoria de un marino que navegó estas cubiertas durante 44 años.
La segunda Estrella fue para el Cadete Honorario Carlos Arriagada Gebhert, un Cadete querido y antiguo, reconocido por su impecable vestimenta caleuchana en esta noche distendida.
En cada rincón del Buque resonó el espíritu de quienes partieron, impregnado en las cubiertas como legado eterno. Aquí, en el Caleuche, los marinos no mueren; su esencia queda fondeada en el corazón de esta Tripulación, lista para zarpar hacia nuevos horizontes en 2025.
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